LA DIFICIL LUCHA POR LA DEMOCRACIA
EN GAIBEL ,CASTELLON DE LA PLANA (ESPAÑA)
En el concepto mismo de "Poder" se esconde un mecanismo depredador y miserable.
No hace falta subir muy alto para comprobarlo.
En un pequeño pueblecito del interior de Castellón, Gaibiel, habitado por no más de 100 personas pero con 200 censados y con derecho a votar, derecho otorgado por un alcalde temible para sus habitantes, y que le ha mantenido en el poder 16 años consecutivos, podemos comprobarlo.
Allí, ese hombre, es presa del citado mecanismo.
La historia comenzó cuando una persona decidió volver a sus raíces, al pueblo que vio nacer, crecer, vivir, y morir a sus antepasados.
La razón:
La necesidad de escapar de una sociedad oscura, sucia y abstracta, la necesidad de silencio y paz interior, la necesidad de destinar buena parte de su tiempo a la contemplación.
Esa persona era yo, Carlos Esparza, y el alcalde, Vicente Pelayo Calvete (PP).
Digo "era", y digo bien, pues aquello cambió muchas cosas.
Después de la explotación, las amenazas y los insultos a los que me vi sometido como trabajador, y después de ver las corruptelas que se perpetraban en el mismo corazón de la democracia, el Ayuntamiento, una profunda indignación se apodero de mí.
El dolor de mis piernas, recuperadas por fin tras tres operaciones en ambas rodillas, y tres años de rehabilitación y lucha conmigo mismo para no "tirar la toalla", fue sustituido por un profundo dolor en ese recóndito lugar del alma donde se aloja lo que Sócrates llamó "Thymos". Allí donde siempre guardé, desde mi juventud, las flechas de mi haz.
Como falangista renacido y trabajador, tras ser despedido estando de baja, hice uso de los derechos que me asisten y denuncié ante el juzgado de lo social de Castellón la intolerable actitud de semejante elemento.
Desechando esa manía de transigir, de acatar, que ha hecho posible que muchos depredadores como él se instalen como los nuevos amos de una democracia que previamente han corrompido mediante el control de la mentira y la propaganda.
Mi falta de sometimiento hirió de muerte su desmesurado ego, él fue condenado, pero el dictamen fue, como siempre que un trabajador se enfrenta al empresario, un "fallo".
Mi indignación, entonces, me obligó a coger la espada, dejé de lado al monje y renació el guerrero. Ese día comenzó mi lucha, que debería ser la lucha de todos, cada día.
Volví a vestir mi corazón de azul y comenzó la batalla.
La documentación que solicitaba al Ayuntamiento me era negada sin más, una y otra vez.
Lo denuncié ante el defensor del pueblo de la comunidad valenciana, pero a él también le engañaban. En su última carta sentenciaba que yo, según el ayuntamiento, había recibido toda la documentación (Falso).
De las cloacas del consistorio empezaban a surgir los hedores de la corrupción, como de los estertores de un lugar sin nombre.
Entonces flaqueé, intenté volver a mi refugio interior, pero ya era demasiado tarde. En ocasiones retroceder es necesario para ganar la batalla.
Y el destino me llevó a encontrar a un falangista en Segorbe, capital de la comarca.
Además de encontrar un camarada, hallé un apoyo que me hizo levantarme y seguir.
Con su ayuda llegué a herir al enemigo hasta el punto que intentó utilizar a mi hijo de cinco años para atacarme, violando hasta los derechos del niño.
Se olía a batalla, se olía a democracia en Gaibiel. Pero la lucha era desigual.
Los tentáculos del enemigo, abogado, constructor, con peso en el PP de la comarca, y presidente de la asociación Palancia-Mijares, que gestiona los fondos europeos Leader y Proder (sic), eran fuertes.
Tras las elecciones municipales, en las que arrolló, gracias al miedo y la colaboración y la ignorancia de quienes se llaman "socialistas", llegó su momento.
Como una alimaña hambrienta se abalanzó sobre mí y me lanzó un mordisco en forma de querella criminal por "supuesto delito de injurias, calumnias y denuncia falsa".
Balas de fogueo. Documentos manipulados, tergiversados, interpretaciones ridículas etc.
La Juez debería sobreseer el caso. Y si no mejor, pues la verdad es mía.
La batalla no ha hecho más que comenzar.*
Carlos Esparza Torres fué candidato a la alcaldía de Gaibiel por Falange Auténtica en las últimas elecciones locales
El alcalde de Gaibiel estará en el banquillo por injurias
El alcalde de Gaibiel, Vicente Pelayo, se sentará el 14 de junio en el banquillo de los acusados de la Audiencia por, presuntamente, verter injurias contra Carlos Esparza, el excabeza de lista en las elecciones municipales por Falange, y que está acusado también en el mismo juicio de un delito de atentado a la autoridad al propinarle, presuntamente, al primer edil “puñetazos”, como ya adelantó Mediterráneo.
El fiscal exige cuatro años para Esparza por los golpes al primer edil. Pero el alcalde deberá de abonar, según el Ministerio Público, una multa de 180 euros por los insultos.
Los hechos sucedieron en diciembre del 2009, cuando el alcalde, que es del PP, se subió en su coche y Esparza, que es de Falange, le dijo: “¿No te da vergüenza dejar al pueblo sin luz?”, a lo que el primer edil respondió: “Hijo de puta, vete con tu puta rumana”. Carlos Esparza, seguidamente, le agredió, según el fiscal, y dio un golpe en su coche
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Español – 01/06/2010 – 14:21:40 h.
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- Si es cierto lo relatado en este artículo, yo estoy totalmente de acuerdo con Carlos.
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TGJ – 01/06/2010 – 10:49:10 h.
Yo creo esta situación no en marcar tanto dentro de un ámbito ideológico, sin laboral, la mala relación de estas personas según tengo entendido se debe mas a diferencias de carácter laboral que ideológico. Este señor era alguacil y el alcalde no le renovó el contrato. Y creo que este es el origen del enfrentamiento ALCALDE-ALGUACIL y no PP-FALANGE.
Un saludo .
Un político, delegado provincial de Falange Auténtica, Carlos Esparza, se sentará el 14 de junio en el banquillo de los acusados de la Sección Segunda de la Audiencia de Castellón como presunto autor de un delito de atentado contra la autoridad, ya que, supuestamente, propinó puñetazos al alcalde de Gaibiel, Vicente Pelayo Calvete.
El fiscal pide una pena de cárcel de cuatro años y la acusación particular un total de seis, la máxima condena que el Código Penal español contempla por este tipo de agresión a un representante de un organismo público, como es, en este caso, el Ayuntamiento y los ciudadanos de este municipio.
Los hechos, según el primer edil de Gaibiel, sucedieron en diciembre del 2007, el mismo año en el que se llevaron a cabo las elecciones. “La noche anterior hubo un problema muy grave en la localidad, porque un transformador de Iberdrola se estropeó o tuvo una avería, por lo que todo el municipio se quedó sin luz, alrededor de seis horas”, explicó Pelayo.
“Nos quedamos a oscuras en todas las casas y comercios, por lo que a la mañana siguiente decidí acercarme a algunas tiendas porque podían haber sufrido pérdidas, sobre todo las que se dedican al género, que lo tenian en los frigoríficos o congeladores”, continuó explicando a Mediterráneo. En un momento dado, explicó, “cuando salí de un establecimiento que había visitado por este motivo, mostrando mucho interés por los problemas generados por la avería de Iberdrola en los vecinos, me dirigí a mi coche, que lo tenía estacionado muy cerca de donde estaba”.
“Fue entonces cuando Carlos Esparza, el delegado de Falange Auténtica en Castellón, se abalanzó sobre mí, justo cuando yo ya me había sentado en el vehículo y me disponía a arrancarlo”, añadió. Vicente Pelayo continuó narrando: “Me propinó numeroso puñetazos en la cara sin saber por qué y después se marchó del lugar”.
El alcalde de Gaibiel sufrió heridas leves en la zona facial, pero no necesitó asistencia hospitalaria, pese a que sí sanitaria para la curación de las heridas sufridas, según él mismo explicó a este periódico.
El delegado provincial de Falange Auténtica deberá de responder el próximo día 14 de junio por estos hechos ante los magistrados del tribunal de la Audiencia, así como ante el fiscal encargado de esta investigación. Carlos Esparza también cuenta, según Pelayo, contra otras denuncia pendiente “por injurias y calumnias al alcalde versadas a través de internet”.